Agárrame sin mirar, tu cuerpo fecundo me quiere olvidar. El mar de la noche nos penetra el vientre. El balcón de tu guarida gime al vaivén de la marea. Las cortinas ocultan el susurrar de nuestra sal. A veces dulce, a veces reseca. La bóveda celeste nos cubre de rabia y deseo, como dos polluelosContinue reading “il balcone di notte”