Escribir, escribir, para evitar morir. Traición al tiempo funesto con su mirar ancestral. Melodía bajo la luna, acordes a dos tiempos, un violín que acompaña... y luego desvanece. El reencuentro de un compás final con el aullido de un do menor. Música que desaparece al pensar, palabras que trascienden el umbral. Memoria de una década añorada: tardes de pistas y laberintos, tardes de tesoros que descubrir y espadas que empuñar. Una tarde con el círculo habitual. Adolescentes sentados en el sofá. Música, poesía... la memoria que revive en tu interior.