Literatura

Era la hora del crepúsculo, nadie tenía sueño, pero la meta estaba cerca. Sólo el tic-tac del reloj marcaría nuestro destino, pronto nos daríamos cuenta de nuestro fatal error. Lágrimas de emoción habrían inundado nuestros rostros, pero hasta éstas tenían sueño; la meta se veía al horizonte, sólo era cuestión de tiempo, ese mismo tiempo traicionero que nos engañó. Por fin, se hizo el descenso esperando se nos otorgara nuestra recompensa por nuestro arduo esfuerzo. Nuestros males salían a luz, conforme avanzábamos, pues la noche nos asfixiaba... mal presagio debí suponer. Como había mencionado, el tiempo se convirtió en nuestro enemigo, y así, las puertas se cerraron como se cierra un huevo.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s

%d bloggers like this: